miércoles, septiembre 07, 2005

Lunes ( y II)

[7:58]. Lunes 05 de Septiembre de 2005. Vuelta de mis vacaciones. Procuré llegar tempranito, adoptando una postura no desafiante ante la empresa, tras la charla que gerencia brindó a mis compañeros de trabajo al respecto de la puntualidad, y a pesar de que la noche anterior me acostaba tarde, apurando lo que habían sido dos semanas de vacaciones bastante desniveladas, una semana increiblemente apurada y la segunda desaprovechada encerrado en casa casi trabajando.

[8:01] Me inicio con el paseillo oficial de recién llegado de las vacaciones, saludando a todo aquel que se me pone por delante, y divisando las últimas y caprichosas modificaciones de la nueva oficina. Cafecito cortado con leche en mano, vuelvo, después de risas, charlas, historias y otras vanidades, a mi rinconcito, decidido a que esta nueva temporada iba a ser mas justo conmigo mismo y trabajar menos, pero aprovechar más el tiempo, dadas las circunstancias.

[8:13] Vista rápida del correo (que ya el domingo me hube dedicado a depurar, por si las moscas). Nada nuevo, evidentemente, para ni quince minutos que llevamos de lunes. Veo llegar al jefe de departamento, soltar sus aperos, organizarse, y después de unos cortísimos minutos, por el rabillo del ojo, veo que se dirige decidido al pasillo que termina en la pared que linda con mi mesa. No se para, sigue caminando; Javi, Fernando, David y, finalmente, yo. Pone su mano en mi hombro, y con sonrisa nerviosa me pregunta casi a modo de introducción por mis vacaciones. Cortas, como siempre. Después del absurdo trámite, me invita a que vayamos a charlar un rato. Y ya sabía cual iba a ser mi destino. Cuando me decido a traspasar la puerta de su despacho me avisa. No en el mio, sino en el de Julián(El Gerente). Tengo el doble de claro que es lo que ocurre, y comienzan a tensarse los musculos de mi rostro formando una sonrisa casi carcajosa que no desaparecería, hasta dos horas después.

[8:16] Tras dar los buenos días, y sin mediar ninguna otra palabra, me comunican oficialmente que la empresa prescinde de mis servicios. Toda explicación aparte, sobra.

Mi gran regalo de 28 cumpleaños, en realidad adelantado, por que es hoy día 7, pero no les culpo por no poder esperar al miércoles, de ganas que tendrían por darmelo cuanto antes. Al menos es el más original, por que nunca me habían regalado uno. ¿Que más se le puede pedir a una vuelta de las vacaciones? Pues esperad sólo un poco, y lo sabréis...

domingo, septiembre 04, 2005

Bye my heart...

¿Donde estás? No te veo. No te encuentro. Te estuve buscando por todos los sueños que tuve. Por todos los bares de copas que conozco. Pregunté a todos por ti, pero nadie te había visto. Has desaparecido y no has dejado rastro. ¿Por qué lo has hecho?. No quisiera perderte, sabes que me importas de verdad. Así que voy a seguir buscandote entre las tierras, los mares, las nubes y los pensamientos, tan sólo para despedirme, y que me veas caer del todo sin ti. Allí te concebí, allí has vivido siempre, y de allí te fuiste sin decirme nada, sin dejar una nota. Después de todo lo que hice por ti, así me lo pagas, dejándome sólo, con quien hablar ahora de nuestras cosas, por quien preocuparse, por quien dar sentido a la vida.

Te dí todo lo que exigiste para vivir plenamente. Se que tuve fallos, porque uno es humano y a veces pasa por momentos de debilidad que a través del arrepentimiento no cura ni soluciona. Se que a veces te perjudique con alguna decisión que tú creías injusta, y no aceptaba tus protestas, y tú callabas, y cuando todo había pasado protestabas hasta dolerme.

Sólo espero que allá donde vayas encuentres lo mejor. Ahora olvídame para siempre por que ya no te aceptaría. Me conformaré con lo que pueda sustituirte sin más, sin exigirle más que lo que quiera darme. Yo pude cometer mil y un errores, y tu seguir fuerte aún en tu sitio, guardando la compostura, pero tan sólo uno de tus despistes, puede ser mortal para los dos, asi que entiendo que no te merezca la pena tanto sufrimiento, si al final el único que no puede tener un momento de respiro eres tú. Lo entiendo.

So... Good bye my heart...

martes, agosto 02, 2005

Lunes (I)


Lunes. Primer dia despues de mis alocadas pero infructuosas minivacaciones de una semana. Quedan tres horas y media para escapar de aquí, y ya sufro ese síndrome que nos afecta a la mayoría de los mortales trabajadores del mundo, el más extendido después de la Hipotecosis: La Hastaloscojonesia.

Nada más llegar he ido no muy raudo a por un café, intentando evitar el cruel reencuentro con la pantalla del ordenador. Yo no sólo respeto a mi máquina, sino que la estimo, es más, la quiero y la amo, aunque guarde con ella una relación estrictamente profesional, hoy la he odiado un poco al verla, tan seria, tan elegántemente posada sobre el escritorio, tan imperturbable, tan así como es ella. Y ella lo ha notado, y ha también ha entristecido, decía que ya nada era como antes.Por mucho que he intentado que comprenda que mi pesar no tiene nada que ver con ella, que soy yo, que es mi culpa y no suya, entre otras cosas, por haber descuidado de no preocuparme por el trabajo que me está matando durante ese corto periodo de asueto en el que, por otra parte, al mirar al horizonte, sólo se divisan lunes apestados de tedio laboral, de estrés y malestar insano. Es por eso y nada más, le decía a mi computadora. El no asimilar desde el mismo día que comienza uno sus pseudovacaciones que tiene que volver al tajo algún día. Esa actitud de "quedan muchos días, ya lo haré más adelante", esa descuido perpetuo, dejar para mañana lo que debías haber hecho hoy, y todas esas cosas, al final provocan lo que provocan, y pasa lo que pasa. Se incorpora uno un lunes después de una temporada a ritmo frenético de pasarlo fenomenal, o al menos mucho mejor de como lo pasa uno en su puesto de trabajo, y vienen las depresiones, las malas caras, los "hecho de menos mi tiempo libre", las tonterías y demás pamplinadas de siempre, y claro, lo pagamos con nuetros seres queridos, en mi caso, con mi querida computadora, que me acompaña desde hace mucho más de lo que cualquier chica lo haya echo nunca (muy triste por otra parte).

Después de un largo rato intentando asimilar mi rutinaria situación, he empezado a realizar mis tareas propias del puesto que desempeño, para hacer un breve inciso a los pocos segundos: mirar el correo, consultar un par de tonterías que se le ocurren a uno de camino al tajo, etc., con tan mal bajío que ni siquiera acceso a internet tenía, pues andamos en mi oficina estos días de mudanza, y lo por lo visto, lo primero que han trasladado es mi principal vía de escape del angosto perdurar del horario de trabajo, mi droga in situ, mi ventana secreta donde mirar al mundo, mi jardín de paseo virtual pero aun así animoso y libre, Internet. Me dejan como la sangre de las venas, pobres de oxigeno, como un burro sin alforjas, como una moto con la suficiente gasolina para llegar a la próxima estación de servicios, conducida por un motorista sin dinero, como un ávido lector rodeado de libros por devorar, al que se le han roto las gafas que corrigen su miopía y su astigmatismo.

En fin, una fiesta, y para variar, he tardado en escribir esto menos de lo que tarda un café en enfriarse, por lo que encima la diversión ha durado poco. Será que me tendré que ganar el pan haciendo lo que más me gusta, pero en el sitio peor indicado, en el peor momento del año, cuando menos ganas tengo y más trabajo acumulado hay.

Moraleja: Cuando el oso busca la osa, guarda bien el culo, por que el oso no hace ascos.

miércoles, julio 06, 2005

Génesis de un Pirata


Este personaje que contempláis es Pirata, mi querido y felino compañero. Es muy pequeño, absolutamente negro y, como todos los gatos, interesado. Os contaré algunas cosas curiosas sobre Pirata, y sobre los gatos en general.

Él, y nadie más que él, fue quién determinó que yo pasara la primera noche en mi recién adquirido piso, que aunque aún le quedaban reformas por hacer, yo lo encontraba semihabitable. Y la historia es que ese mismo día, primer domingo de Feria de Abril del año 2001, el de la odisea de Kubrick, dábamos un paseo sin intenciones Julia y yo por la Plaza de la Alfalfa, famosa por ser el mercaillo de los animales. Perros, gatos, aves, anfibios, peces, etc. Casi todo lo que podáis imaginar que la gente lleva a vender o simplemente a exponer. Primero estuvimos viendo unos perritos que de lindos que eran, daban ganas de comérselos, pero al rato, pasamos por al lado de dos chicas que guardaban una caja de cartón donde medio dormían, medio jugaban 4 miniaturas de gatos, dos negros y dos pardos. Julia se agachó con esa expresión mezcla de lástima y amor maternal por uno de los pequeños animales. Curiosamente los dos cogimos a los dos negrillos, ella al macho y yo a la hembra. A los dos segundos de tenerlos en nuestras manos, pregunté si lo regalaban o los vendían, y a que precio.

Y por mil pesetas, nos llevamos a ese lindo y negro gatito macho, tan pequeño que podía dormir en la palma de mi mano, junto con todos los primeros cacharritos necesarios, léase cajón para la tierra, la tierra, una camita muy acolchadita, etc.

Desde aquel día he vivido yo con él y él conmigo, inseparables. Cuando tengo que salir de viaje lo dejo bien atendido, y cuando estoy currando todo el puto día, me acuerdo de la siesta que se tiene que estar pegando el cabrón al sol, por que eso sí, no hay nada más placentero para él que echarse largas siestas al sol. 19 horas de media dicen por ahí que duermen los gatos, aunque yo solo he podido constatar 17 en un día completo.

Recuerdo que una vez, cuando él era aun un cachorrillo, llegue a casa y me extraño que no saliera al paso. Siempre lo hacía, supongo que por el ruido. Me veía entrar, se rozaba un poco con mi pierna, yo lo acariciaba, y se largaba de nuevo. Ese día fue, creo recordar, el primero que no salió. Me extrañó, como digo, pero no le di más importancia. Hasta que pasado un buen rato, me doy cuenta que no ha aparecido desde que llegué, y eso si que era extraño. Así que decido empezar a buscarlo por todo el piso, el salón, las habitaciones, el baño, el lavadero, la cocina, pasillos, etc... Y vuelta a empezar, con esmero casi paranoico esta vez. La segunda vuelta tan infructuosa como la primera. Pirata no daba señales de vida. Para la tercera vuelta de reconocimiento, no podría dejar escapar ningún recoveco por recóndito que resultara, y a ello añadí palmas y gritos, para intentar asustar o sonsacar al felino. Así, que imagínense a un personaje dando gritos y palmas por dentro de los armarios y debajo de las camas y alfombras (si, alfombras también), hasta que, de repente, llego a escuchar un leve maullido de gatito asustado, pero muy leve, detrás mía, estando en mi dormitorio. Me di la vuelta, volví a mirar por debajo de la cama, y seguía sin ver nada. Volví a escuchar el maullido. Era un maullido de auxilio, sin duda. Pensé que quizás me estaba equivocando al mirar debajo de las camas, por lo que la deshice con cuidado, palpando tramo por tramo de cama que iba deshaciendo hasta que, por fin, a los pies de la cama, acurrucado entre los estratos de manta y cubrecamas, aparece aquel cresponcillo negro con ansia asesina por salir de aquel entramado en el que se había metido sin saber como, buscando cobijo contra el frío, y que no fue su perdición hasta que no despertó del profundo sueño que el calorcito de las mantas le proporcionaba.

En fin, este señor me da más cabreos que alegrías, y con el tiempo iré dando cuenta de algunos de los avatares más simpáticos e inesperados que mi convivencia con un gato llamado Pirata ha causado.
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sábado, julio 02, 2005

La Condición Freaky

Ser freaky. ¿qué pasa por ser freaky?.

En principio es un anglicismo no reconocido por la academia, pero la mayoría lo asocia con fanatismo extremo, extraño. Y nada más lejos. Freaky (pronunciado friqui, para los no iniciados) es todo aquello que las personas no queremos asociar a lo habitual o normal, tanto para lo bueno, como para lo malo. Imaginen un personaje que canta extrañas canciones sin rima ni ritmo determinado, ayudándose de un extraño instrumento, o no, vestido de zar ruso, de bailarina de ballet clásico, o de fontanero. O mismamente, un chico que va al estreno de una película disfrazado de su personaje favorito de la misma y no deja de actuar como él hasta que llega a casa y se despoja, muy a su pesar, del preciado disfraz, que el mismo llama "sus hábitos". Pues en cualquiera de los dos casos, estan imaginando a un freaky, por poco que me guste.

Y es que dentro de esta definición, se distinguen dos extremos. Por un lado los aficionados a alguna historia, película, libro, comic, etc. cuya afición roza a veces la religiosidad, y por otra parte se encuentran los personajes que hacen, con todos mis respetos, el idiota, siendo estas idioteces que realizan, nos gusten o no, extrañas, hechos fuera de lo normal y/o habitual.

Freaky es de las únicas etiquetas que me han impuesto que me gusta mostrar. Me han puesto otras muchas, pero aquí y ahora no compete tratarlas. Al principio sólo era como una de esas cosas que dicen las abuelas, que ningún nieto se cree jamás (bueno, alguno habrá), pero con el tiempo, uno va dando cuenta de cosas que sin dejar de ser completamente normales o habituales para uno mismo, no son tan usuales en el resto de los seres humanos. Por eso acepto esa etiqueta, pues entiendo que la comunidad no perciba como normal algunos aspectos que yo si comprendo, y en vez de desentendernos, dejemos que nos pinchen en el culo con una chapa de las de los porcinos que indique "El poseedor de esta condecoración, admite sus extrañas costumbres para con los demás.", y listo. Unos se reirán, otros te apreciarán, otros te respetarán, y los que faltan simplemente te ignorarán y pasarán de ti como de comer mierda.

Hay muchas cosas que por suerte nos hacen diferentes unos de otros. Hay otras cosas que hacen especiales a unos más que a otros, y otras cosas que nos convierten en unas u otras cosas, pero, claro, ya que ligado a ese libro no escrito sobre los gustos todo está, del punto de vista ello dependerá. Lo que quiero decir, es que para una eres guapo, y para otra feísimo, para tu jefe eres un gran trabajador, y para tus compañeros un pelota. Y así con todo, incluso en el extremo idiota de la condición freaky, porque lo que para un programa de televisión son freakies, y para el resto de los mortales son pobres muertos de hambre intentando sacar el taco de cualquier manera y a costa de no poco. Pero el reverso tenebroso de la condición freaky, encierra filosofía, racioncinio, ética, moral, fidelidad, lealtad, servicio, y muchas otras cosas que si no experimetan por si mismos, nunca conocerán. Uno es freaky por que posee ese algo que le empuja, por naturaleza, y nunca al revés, alguien no puede ser freaky así como así, puede llamarse freaky y cumplir con sus propios requisitos, pero es la condición freaky la que te absorbe, no es un lugar al que puedas llegar. El freaky nace, no se hace, y su camino determina si desarrolla esa faceta de su vida o no. Es la verdadera condición del ser extraño, del que invierte sus beneficios en plástico inyectado en moldes, en adquirir posters, libros, videos y juegos por 1000 veces lo que realmente cuestan, el que de unos trozos de tela inventa un traje de guerrero, mago, vampiro, nigromante, sacerdote, hobbit, elfo, piloto... El que no para de leer, ver, escuchar, discutir o jugar por puro amor a un ente que en realidad no existe más que en los corazones de quienes creen en ello, y en los bolsillos de quienes lo crearon, y eso, para muchos, se llama fe. No toda la fe se la iba a llevar el mismo, ¿no creen?.

La condición de freaky les llegará con el tiempo, despues de haberse cultivado en cualquiera de las muchas artes que tienen a su disposición en esta sociedad, y que no les voy a desvelar, pues son esas artes las que les serán reveladas, en cualquier caso. Y cuando ya sepan que son unos freakies, actuarán como tal, y la sociedad les pondrá su propia etiqueta (de las de los cochinos) que diga "Este personaje es un freaky de cuidao.". Y encima, estarán orgullosos de ello.

Hay cosas que nos diferencian a unos de otros, cosas que nos hacen especiales a unos más que a otros, y cosas que nos convierten en una u otra cosa.

viernes, junio 24, 2005

Me deleito con la genial melodía creada por Henry Mancini, autor entre otras piezas para, por ejemplo, el guateque, desayuno con diamantes, Victor o Victoria y el Pájaro Espino, entre otras...

Se me pasa de todo por la cabeza, excepto una pantera rosa. Veo un salón enorme, enmoquetado en rojo pasión hasta media la altura de las mesas que pueblan la sala, el ir y venir de camareros enbobados (me refiero a la similitud entre estos y los pajaros bobos) de paño en brazo y brillante bandeja de plata en alto. La luz, tenue, la reparte una enorme lámpara con cientos de rombos de cristal vistiendo cientos de bombillas, ayudada muchas lamparas de pared algo más altas que una persona, dispuestas mesa si, mesa no, de bombillas pequeñas de luz pobre, rematado todo por las velas de las mesas. Le comentaba un señor a su concurrente, que era de buen gusto retirarse antes de que las velas consuman dos de sus tercios.

El salón está casi repleto, solo algunas mesas lejos de la entrada del público no están ocupadas por comensales. Todos los asistentes van elegantemente ataviados. Todos los hombres son apuestos, con trajes rayados, pañuelo en el bolsillo y brillantes zapatos negros, algunos con un fino mostacho, otros con patillas refinadas. Todas las mujeres y muchacas son bellas. La homogeneidad existente en los varones, se rompe decididamente en el apartado fenemino, pues si bien todas andan emperifolladas adecuadamente para la ocasión, la variedad en colores, cortes, vuelos y demás no obedece a regla alguna. Tonos pastel, largos negros, rojos encendidos, vestidos cortos y ligeros, complementos a juego y muchas joyas, de las que elevavan el estatus social con solo mirarlas.

Todos disfrutan de una agradable conversación con sus compañeros de mesa. Sólo una chica tiene anillo de casada, y efectivamente no se corresponde con su contertulio, el cual no porta valija alguna, aparte de un sello de oro con sus iniciales. Algunos señores, en apreciación los más experimentados, fumaban habanos, sólo algunos en soberanas pipas, mientras que los más jovenes se limitaban al cigarrillo sin filtro que andaba vendiendo la chica de los cigarrillos a la entrada de aquel lugar. Las chicas, las que fumaban, lo hacían a través de largos filtros que otorgaban distinción y glamour.

Un hombre se disculpa, se levanta de su silla y se dirige a la zona de los aseos, mientras en la entrada aparece una nueva pareja, cortada con la misma tijera que tantas que allí se daban cita, acompañados del maître, que alza la mano llamando a un camarero, el cual asiste para conducir a la recien llegada pareja a su mesa, una de las vacías del fondo. El mismo camarero, retira los abrigos y el sombrero del caballero, y avisa a un compañero, que enciende las dos velas blancas de la mesa. El caballero, retira la silla de su compañera y la invita al asiento, y concluye con un "Estas preciosa esta noche, querida", que arranca a la muchacha una sonrisa ruborizada de agradecimiento.

El equilibrio

No se si habrá sido el reencuentro con los amigos de toda la vida, el hecho de la libertad sentimental, el desgaste laboral-social-personal que me ha llevado a la busqueda de la paz interior y el equilibrio inalcanzable (el deseo que se consigue, deja de serlo (Everybody says I Love You, Woody Allen. Ese hombre se ha covertido en uno de los mejores comunicadores de la verdad existencial)), mirar alrededor más que hacia el pasado o hacia el futuro, el haberme quitado las cadenas de la misma manera que me las puse, el desatar la pasión con todas sus implicaciones y todas sus consecuencias a cada paso que doy... que me siento en expansión, como si el Big-Bang hubiera tenido lugar hace poco en mi, siendo yo hace unas semanas aquella nube de polvo y gas concentrada que tenía que reventar para dar lugar a algo maravilloso.

Un universo particular toma significado en cada una de las personas que lo habitan, y el mio propio acaba de renacer. Un universo joven y vital, en plena expansión. No hay lugar a dudas ni tiempo que perder en este universo. Hay que empezar mezclar moléculas de uno y otro tipo, ir probando hasta que la vida decida de nuevo que es el momento de salir a la luz, y que esta se desarrolle dentro de mi.

Existirán astros que darán luz y energía, y otros que la consumiran, galaxias y nebulosas diferentes e independientes, tiempos de crisis donde colisionarán cuerpos celestes y serán destruidos, y tiempos de gloria, donde la destrucción de una estrella supondrá que en su apocalipsis arrastrará consigo molestos meteoritos que convertirá en polvo y dispersará hasta hacerlos insignificantes partículas, y la energía desprendida en la destrucción será la justa y necesaria para el génesis de otros sistemas estelares. Todo en completo equilibrio.

Por eso, las estrellas acompañan. Las estrellas dicen más de cada uno que de si mismas.

Se han abierto las puertas de la apreciación, sin divinidades, sin supersticiones. Ahora veo todo como realmente es. Ya se acabó la minería sentimental, el inventarse excusas para lo que sea, dejar de comer para no engordar, dejar de beber para no emborrachar.

"Hay que dejar el camino social alquitranado porque en el se nos quedan pegadas las pezuñas, hay que volar, libre, al sol y al viento, repartiendo el amor que llevas dentro". Amar y ensanchar el alma.

Seguiré jugando a este juego inevitablemente, pero sin duda, la estrategia cambia.

lunes, mayo 30, 2005

¿Pero quien es este person?


Pues si, navegantes, este soy yo, tomando una tostadita londinense riqu�sima, pero eso si, del tiempo...

lunes, abril 11, 2005

Bienvenida??

Bueno, como este es el primer mensaje del Blog, solo dedicaré unas palabras a tal efecto:

Hola, recien nacido blog...