- Hola, ¿que deseaba?
- Sí, verá, quería... Bueno, en realidad venía buscando... Un asesinador de uno mismo, sí, ¡Eso es lo que quiero!.
- Muy bien, somos especialistas en eso precisamente. Tenemos la horca, un clásico, aunque neceistará un techo alto y resistente; La guillotina, original "made in France", anque un poco guarro, pero que mas dá, no lo limpiará usted (risas); La típica pistola, con acople para la boca con sabor a fresa. Rápido y efectivo, según la postura...
- Espere, espere.. verá, tengo un presupuesto limitado.
- Pues... Mejor dígame de cuanto estamos hablando y, quizás le pueda orientar mejor.
- Pues, exáctamente... trés... con veinti... cinco, ¡no!, con veintidos, creí que era una moneda de cinco, y es de dos, sí, es de dos.
- Uf, me lo pone usted dificil.
- ¿No tienen nada con ese precio?
- Pues no, sinceramente. Todos nuestros asesinadores de nosotros mismos son como... cien veces más caros que eso, pero acépteme un consejo.
- Soy todo oidos.
- Si quiere asesinarse a uno mismo por ese precio...
- Diga...
- Enamórese.
(Extraido de alguna futura película de Woody Allen)
P.S.: Por muchos que se empeñen en que no, mi pelo volverá a crecer...
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