sábado, octubre 03, 2009

Por eso quiero ser empresario

Son cosas que pasan.

Un día estás bien, y al otro fatal.

Un día disfrutas de las mieles de la vida, y cuatro horas más tarde, llegas al curro cuatro horas tarde, preguntándote si el edificio donde vas a entrar pertenece a tu vida, o más bien eres tú una pieza más en el mecanismo de la empresa que alberga precisa.

Una pieza más. Y nada que discutir.

Piezas con corbata y pantalón de pinza.

Piezas con rosca más que pasada.

TENTACULO:BEGIN:LO MAS PROFUNDO DE SU ALMA v

Odio las consultoras. Más bien, las odio con todas mis fuerzas. A las consultoras de verdad no, porque no las conozco, pero a las que consultoras que no lo son y así se hacen llamar, por supuesto. Con todas mis fuerzas.

Un intento de funcionar a nivel empresarial no puede ser una excusa para explotar a personas y sacarle todo el beneficio a un contrato, pues amigos, al fin y al cabo, los que hacen que ese contrato se cumpla, son las personas, no el mercadeo.

Las empresas son empresas, y buscan el beneficio "capitalista". Dinero. Eso es lo que vale.

Os pongo un ejemplo. Como un cuento para irse a dormir.

La empresa Fofogo, con 120 años de experiencia en consultoría informática, fundada en 2003 (esta entrada ha sido escrito en 2009), se presenta a un concurso de una comunidad, para un proyecto, por ejemplo, de una web, en que la gente que paga sus impuestos, pueda estar informada en todo momento de a donde van sus impuestos, el proyecto, pongamos "conocetusimpuestos.es".

Proyecto dotado con 240.000 euros, plazo de 1 año para terminar el proyecto, más mantenimiento, supeditado a concurso, por un año más, por cuasi la misma cantidad.

¿Que ocurre? Pues primero que la empresa debe ser solvente, y aquellas que lo sean, que despues de varios concursos ganados, lo son, se presentan. Fofogo gana. Y ahora, lo curioso.

Para presentarse a ese concurso, han incluido en la documentación a 3 Jefes de Proyecto, 50 Analistas, y 100 Programadores, por no ahondar más.

Una vez ganado, la realidad es la siguiente: Al Analista Programador más avispado de uno de los proyectos de Fofogo que acaban, le ofrecen la oportunidad de ascender, y para ello, debe compatibilizar su actividad actual con la elaboración de toda la documentación a presentar una vez ganado el concurso... o no.

El analista programador en cuestión se llaman Juan. Se emociona. Llega a ser incluso más corporativo de lo que era, o llega a serlo porque de verdad identifica la oportunidad.

Juan echa horas y horas delante del portatil corporativo para sacar lo que haga falta, es una gran oportunidad.

Fofogo gana el concurso. Juan se congratula a si mismo, porque nadie lo hace. Simplemente se contenta con saber que su futuro (un año, al menos) está asegurado.

Los dos primeros meses, se los pasa generando documentación para presentarle al cliente. Y cuando se presenta, el cliente tiene sus desconfianzas, porque para dos meses que se llevan de contrato, solo tienen papeles sobre arquitectura, revisiónes, integraciones, pruebas y tal...

Ante el descontento del cliente, Fofogo mantiene una reunión de coordinación con el principal "alma mater" del proyecto. El principal y el único.

Juan se ve obligado, por motu propio, porque está comprometido con el proyecto, porque está agradecido a la empresa por darle esta oportunidad, a quedarse un rato más cada día para levantar "algo" que pueda ver el cliente.

Y los proyectos en software son muy bonitos, pero son como los libros por leer. Disfrutas de los que eliges, pero si te obligan a leer uno, lo lees, pero no lo disfrutas.

Juan lleva un mes a destajo con el proyecto. Su novia (a que empresa le importa la novia de sus trabajadores, pues eso es vida personal) detecta cierto malestar, cierto mal humor, cierto mosqueo... y empieza a preocuparse. Cada pregunta, es respondida con evasivas y promesas inconclusas. Esto va a acabar pronto, solo es un apretón, y hay que estar, pues cuando la cosa ha estado bien y tranquila, bien que me pagaban a final de mes el sueldo sin protestar.

Han pasado tres meses y medio. Presentación del portal. A partir de este momento, los usuarios podrán hacer pruebas y detectar fallos, generar incidencias, constatar que lo que se expuso en el contrato, y despues reexpuesto en la documentación que Fofogo presentó despues de dos meses, de trabajo, se cumple.

Fallos, fallos y más fallos. Juan no puede levantar la cabeza de vergüenza. Trabajar entre 14 y 16 horas diarias, es lo que tiene, más discusiones en casa, etc. Merma la capacidad de resolución, pero eso a la empresa no le importa. Café, y palante. Ya pasará todo.

El cliente no está contento. Se queja del retraso, de la diferencia entre lo que ellos querian, y lo que se les presenta, y muchas cosas más. Existe tensión.

Reunión de planificación. Esto tiene que salir adelante ya. En su día confiamos en ti, Juan, dadas tus habilidades demostradas, pero creemos que te encuentras en un bloqueo, y nos cuesta creer que puedas llevar esto adelante, aunque seguimos confiando en tus capacidades al 100%. Te pedimos que le pegues un apretón al proyecto, para que al menos, de cara al cliente, la semana que viene, tengamos el proyecto, la parte inicial al menos, funcionando. ¿Que necesitas?

A Juan se le pasan muchas cosas por la cabeza. Tiempo libre, descanso, ver a su novia fuera de su casa, dormir al menos 7 horas cada día. Lo que menos, dietas, dinero, sueldo, ordenadores más potentes, recursos dedicados... Responde: Al menos un diseñador y un par de programadores con experiencia en la tecnología. Ok, eso está hecho, tenemos tu compromiso, ¿no?. Por supuesto.

Y eso fué un miércoles a las nueve de la noche. El lunes, despues de todo el fin de semana pegado al portatil, tiene compañero nuevo. Hola, me llamo David, tu eres Juan, ¿Verdad?. Si, Juan, encantado. Soy el Junior Programmer que te han asignado al proyecto. Muy bien, ¿Como decías que te llamabas?...

Presentación de nuevo ante el cliente a las cinco de la tarde. La web va. Se pueden ver casi todas las opciones, no todas. Comprensible. El director comercial, asistente a la reunión, explica los pormenores de por qué algunas opciones del menú están desabilidatadas. Seguridad, Protección de datos, integridad referencial, diagramas de idoneidad... pura bazofia mercantidista. Pero el cliente se quedó más tranquilo. Luego, a la oficina solo, mientras el Dir. Comercial negocia la primera factura.

Martes. David mira sus perfiles en distintas redes sociales cuando Juan llega.

Bueno, manos a la obra. Van a la sala de presentaciones, y despues de tres horas y media, Juan va directo al despacho de su supervisor a quejarse de la ineptitud del programador que le han asignado. Pero no hay nadie.

Al día siguente, charla con el supervisor. ¿Por que me asignan a un becario?. Tiene que aprender, en Fofogo apostamos por la cantera, y el chico es bueno, ahí están sus notas de la carrera. Pero no tiene ni idea, ¡Ni siquiera se puede poner a resolver incidencias, por que no las hay!

Llega la primavera. Juan está decepcionado. El proyecto no hace más que aguas por todos lados. David decidió abandonar la beca por asuntos personales, y nadie más ha tocado el proyecto.

Se presentaron sendas órdenes de trabajo cumplidas y cobradas, según iban saliendo apartados de la aplicación.

A Juan le plantean un ultimatum. Si para dentro de dos semanas, no está terminada la web, totalmente funcional, con los diseños accesibles, sin fallos, tal como quería el cliente, nos tendremos que replantear su ascenso, dicho sinceramente.

Y que hay de los dos programadores experimentados, y del diseñador, y de los demás recursos... No ha podido ser. La situación ahora mismo es extrema, y necesitamos gente comprometida con la empresa para sacar proyectos adelante. Gente como usted, que sean capaces de sacrificarse por el grupo.

Sacrificarse, el grupo, usted... ¿Ahora me vienen con esas? Pensó Juan.

Juan echó horas y horas por sacar el proyecto adelante. Poco antes del final, tuvo su diseñador, becario, por supuesto, pero este respondió a las espectativas. Casi a las puertas de verano, una vez dado por finalizado el proyecto, con su entretga y toda la burocracia anexa, Juan fué "relegado" a otro proyecto como testeador. No podemos confiar en usted como responsable con los resultados obtenidos, Sr. Álvarez (Juan) , pero sabemos que su implicación con la empresa, con el grupom, no da lugar a dudas, y por eso seguimos confiando en usted, pues nos resulta una persona valioasa y comprometida.

Sí, pero testeador en cualquier otro proyecto. Tenga en cuenta, que sigue cobrando lo mismo que un Analista Programador, y que muy pronto, volverá a sus funciones, siempre que el mercado, las circunstancias y la situación lo permitan.

Resumen. Del proyecto/contrato,Fofogo facturó sus 240.000. De los cuales, solo 36.000 fueron destinados al sueldo de Juan. Becarios, diseñadores, reuniones, luz, impuestos, etc... no más de 20.000.

Donde fueron a parar los 184.000 restantes.. adivinad.

TENTACULO:END:LO MAS PROFUNDO DE SU ALMA v


Por eso quiero ser empresario. No por ganar más, ni ser un treta. Sino por tener capital para crear oportunidades.

Y para mi oportunidades son las que personas como Juan deben poseer (un derecho). Vivir, ante todo, y despues producir, para con esos rendimientos, seguir viviendo.

Oportunidad de dejar a las personas desarrollar sus capacidades, y reconocerlos.

La oportunidad de dejar trabajar, dejar disfrutar trabajando, y no por ello, que el trabajo sea una carga, sino una forma de ganarse la vida, como otra cualquiera. Siempre, eso si, obteniendo un beneficio.

Y el beneficio es lo que es, para los ignorantes, no es solo dinero. Es, basicamente, la diferencia entre lo que inviertes, y lo que ganas.

2 comentarios:

Olivier Franconetti Benamor dijo...

vale!...

viva Triana!

Rosana dijo...

venga, arráncate, hombre!!