jueves, febrero 18, 2010

Que tiempos aquellos...

Que tiempos aquellos en los que levantar el audífono del teléfono te deparaba una sorpresa...

En los que estudiar el último día era tu última (y veces única) opción, porque te gustaba tanto jugar al fútbol/comba/loquesea que era superior a tus fuerzas y subías a casa siempre 20 minutos después de lo que tu madre te ordenaba, y ya no tenias ni fuerza ni tiempo para hacer los deberes... a pesar de haberle jurado y perjurado a ella que ya tenías los deberes hechos...

En los que intentabas imitar al ídolo de tu equipo, o al personaje de "Campeones" con el que te sentías más identificado...

En los que si te decían que cuando crecieras lo entenderías, te enfadabas tanto que deseabas ser mayor al día siguiente...

En los que el idioma inglés te era difícil, pero tan interesante...

Aquellos tiempos en los que eras tan inocente, que no te enterabas de nada...

Y de lo que te enterabas, te valía para construir una historia con los clics de Playmobil... para vengarte.

Aquellos en los que querías hacer la comunión por los regalos, y desear que llegaran los reyes magos, y tu cumple para ser el centro de atenciones de hasta el/la más odiada/o vecina/o o amiga/o.

Que tiempos aquellos...

Que tiempos.




Ahora solodados.

Contra la guerra y todo eso, sí. Pero solodados.

Solodados.

Sí, solodados, no he metido una "o" de más por error.

Que levante la mano el que sienta que, tan solo pegando un grito, sepa que lo van a tomar en consideración.

Afortunado soy, por ello, por suerte (y la suerte hay que cuidarla, nunca lo olvido).

Ahí estoy yo. No para ayudarte, no te equivoques.

Yo soy yo. Y nadie más. Y nadie más. Y nadie más.

Ni mi amistad ni amor se consigue con monsergas, ni yo me sacrifico por nada que no me valga la pena o la gloria. Y por el amor muero. Y aquellos que saben que tienen mi amor, no tienen ni que "pasar por caja" cada vez que lo necesitan.

Dicho esto. Si esperas algo, espera. Si quieres algo, consíguelo. Trabájatelo. Esfuérzate. Sacrifícate.

Sé!!!

"Vive la vida y disfruta de los momentos" me parece una frase muy bonita, pero personalmente es una milonga que no me va, no me convence, y no la comparto como ni de vida ni de nada.

Jonathan Vivero dice: "Prefiero mil veces estar en un camino, a soñar que voy a llegar"

Aprendamos del león, mientras estemos enjaulados. Y no miremos atrás más que para recordar lo que no tenemos que volver a probar/vivir.

No quiero ser feliz, hasta que no lo considere oportuno.

Yo decido lo que en mi mano está.

1 comentario:

Rosana dijo...

Pues me tienes que enseñar cómo es eso de disfrutar el camino... que a veces me cuesta.